Personajes
Rufina Alfaro
Era atractiva, de ojos negros rasgados, cabellera negra que siempre llevaba extendida, trigueña, de alta estatura, delgada, de cintura flexible y senos protuberantes. Nació en el caserío de Las Peñas de Los Santos, aunque todavía se ignora la fecha de su nacimiento como también el nombre de sus padres.
Vivía junto a ellos en una casa de techo de tejas y pencas. El sustento provenía de la agricultura y la cría de gallinas. Sabía leer, escribir y rezaba la doctrina cristiana. Vestía ordinariamente de vasquiña con pliegues que le ajustaban a la cadera. Se dedicaba a vender verduras y huevos en la población.
Consintió en coadyuvar al triunfo de la revolución que se fraguaba contra el sistema colonial y se comprometió con el hondo sentimiento popular.
Se distinguía por sus finos modales y chispeante charla que le habrían paso a las mejores salas de la ciudad. Así, pudo conquistar simpatías entre los soldados españoles, ya que su negocio también le daba acceso a esas visitas. Según narra Moreno, el jefe del cuartel mantenía largas charlas amorosas con Rufina.
Fue Rufina quien comunicó a los revolucionarios que los soldados españoles realizaban limpieza de armas y les indicó los puntos débiles.
Al comenzar la batalla no dejó de gritar ¡Viva la Libertad! Al esclarecer el día 10 de noviembre de 1821, habían conseguido la libertad istmeña.